Dentro del entorno familiar, conocemos a alguien que sufre de una enfermedad crónica. Muchas de esas veces, esta enfermedad ha sido una herencia genética con la cual, la persona afectada ha aprendido a vivir. Sin embargo, eso no significa que haya que celebrar.
La enfermedad crónica aparece y persiste en una persona porque tiene una predisposición genética a padecerla y porque presenta una dificultad para controlar la inflamación y reparar o regenerar las células dañadas, debido a un desequilibrio micronutricional y un exceso de moléculas tóxicas.
La inflamación descontrolada en el organismo es debida a un ataque por moléculas proinflamatorias continuo y prolongado que activan la respuesta inflamatoria.
Este ataque se produce principalmente por la acción de factores externos causales como: alimentación inadecuada, exceso de tóxicos y radiaciones, falta de ejercicio, sueño no reparador y emociones negativas, que producen insuficiencias y desequilibrios de micronutrientes junto a exceso de moléculas proinflamatorias y tóxicas, causantes de inflamación persistente.
Dificultad para reparar los tejidos
En las enfermedades crónicas, las células de los tejidos se dañan y mueren por el exceso de oxidación e inflamación y la incapacidad para eliminar residuos, junto a una capacidad de reparación y regeneración celular más limitada, no permitiendo la recuperación funcional de los órganos afectados.
Todos los tejidos y órganos deben:
eliminar los residuos producidos en el interior de las células, eliminar los residuos del entorno celular (medio extracelular) que impiden llegar los nutrientes y el oxígeno a las células, reparar las estructuras celulares dañadas y producir nuevas células que reemplacen a las células muertas (regenerarse). Incluso corazón, cerebro y músculo son capaces de regenerarse.
En las enfermedades crónicas las células de los tejidos se dañan y mueren por:
El exceso de oxidación e inflamación y la incapacidad para eliminar residuos.
Una capacidad de reparación y regeneración celular más limitada, no permitiendo la recuperación funcional de los órganos afectados.
La limpieza de residuos, la formación de nuevas estructuras y células y la conexión entre ellas, se regulan por diferentes genes cuya expresión está también muy influida por los factores externos mencionados, especialmente por la insuficiencia y el desequilibrio de micronutrientes básicos y el exceso de tóxicos.
Así, van deteriorándose dichos órganos y sus funciones correspondientes: cardiacas, cerebrales, respiratorias, digestivas, musculares, articulares, endocrinas, inmunitarias, etc., apareciendo síntomas y empeorando la calidad de vida y la evolución de la enfermedad.
La ingesta correcta de micronutrientes básicos y el ejercicio físico son dos factores capaces de estimular fuertemente la reparación de los tejidos, mientras que los tóxicos y las radiaciones la inhiben.
La infección
El equilibrio microbiano, un órgano corporal con intensa actividad metabólica.
Convivimos con miles de millones de virus y bacterias en nuestro hábitat y formando parte de nosotros mismos. Estamos formados por células y microorganismos con sus propios genes (microbiota o microbioma) que conviven e interaccionan en un medio ambiente de agua y tejido de fibras y colágeno (medio extracelular),
Estos microorganismos se encuentran principalmente en piel y mucosas (especialmente del intestino) y algunos no deben establecerse en determinados tejidos. Constituyen un órgano corporal con intensa actividad metabólica, tan vital como puede ser el hígado o el corazón. Los microorganismos forman parte de nosotros mismos y son necesarios para producir micronutrientes y controlar la inflamación, entre otras funciones vitales. Al contrario de lo que ocurre con las moléculas tóxicas y radiaciones que siempre son proinflamatorias.
Si se rompe el equilibrio microbiano, o bien, penetran microbios donde no deben estar, es cuando puede presentarse la infección, que significa lesiones y síntomas, pero no necesariamente enfermedad. Infección respiratoria, digestiva, cutánea… que habitualmente se cura gracias al sistema inmunitario o con la ayuda de antibióticos.
Relación entre infección y enfermedad crónica
En las enfermedades crónicas la colonización de tejidos por agentes infecciosos (virus, bacterias, hongos y parásitos) está presente frecuentemente y dificulta su remisión, a menudo sin provocar signos de infección. Esta colonización asociada puede ocurrir en la mayoría de las enfermedades, incluidas las neurodegenerativas (Alzheimer, Parkinson, Esclerosis Múltiple, etc.) y el cáncer, favoreciéndose por:
Las agresiones continúas explicadas (factores externos), junto a unas capacidades inmunitaria, antioxidante-antiinflamatoria y de detoxificación alteradas.
No se considera a los agentes infecciosos como un factor externo causal de enfermedades crónicas, sino un elemento desfavorable para el proceso que debe tenerse en cuenta, consecuencia de unas condiciones del organismo inadecuadas ocasionadas por insuficiencia-desequilibrio micronutricional y exceso de moléculas proinflamatorias-tóxicas, a su vez causado por factores externos.
Es poco frecuente que un agente infeccioso sea el responsable de una enfermedad crónica en una persona sin factores externos desfavorables y con un microbiota adecuado, como también lo es que el responsable sea únicamente un riesgo genético. Deben ser gérmenes con un gran potencial patógeno o riesgos genéticos muy elevados.
La raíz de todas las enfermedades crónicas es el exceso de oxidación-inflamación en los tejidos junto con la alteración del sistema de detoxificación-reparación-regeneración de las células y los tejidos, ocasionado por insuficiencia-desequilibrio micronutricional y exceso de moléculas proinflamatorias-tóxicas en ellos.
Cuando las células se dañan, mueren y no pueden ser reparadas ni reemplazadas por el exceso de inflamación y de residuos tóxicos, también hay un fracaso en la producción de células nuevas sanas. El organismo entra en esta dinámica y aparece la enfermedad, que va progresando, incluso con los fármacos administrados, por no abordar estos la raíz del problema y ser causa de más toxicidad y deficiencias micronutricionales.
El tipo de trastornos o enfermedad que aparecerá en la persona: hipertensión, diabetes, insuficiencia cardiaca, bronquitis crónica, artrosis, artritis, demencia, depresión, ansiedad, gastritis crónica, colon irritable, artritis, hipotiroidismo, psoriasis, esclerosis múltiple, cáncer, etc., dependerá de su predisposición genética (riesgo genético), es decir, de las alteraciones genéticas que presente, siendo estas las responsables del órgano o sistema que se afecta.
Sin actuar mediante la alimentación, los micronutrientes, la eliminación de los tóxicos, el ejercicio físico y el control de las emociones, reduciendo la inflamación, no es posible conseguir la remisión de una enfermedad crónica en la persona.
Sin embargo, bajo las indicaciones y la observación de la Dra. Julia Estrada Guzmán, los padecimientos a causa de una enfermedad crónica pueden revertirse bajo un estricto control de salud. Agende su cita lo antes posible y note un cambio en su vida.
Número de Cédula: 0566039
Nombre: Julia Dolores Estrada Guzmán
Profesión: Licenciatura como Médico Cirujano
Año de expedición: 1979
Institución: Universidad Autónoma de Guadalajara
Número de Cédula: 3167827
Nombre: Julia Dolores Estrada Guzmán
Profesión: Especialidad en Infectología
Año de expedición: 2000
Institución: Sector Salud